viernes, 5 de julio de 2013

Resurge - Parte I



                Corre !!  Naatan corre !! Juraría que lo observo huyendo. Un descampado enorme, de noche, con una luz emblanquecida , reflejo de claro de luna llena por todo el pastizal. Agitado. De a ratos se patina con el lodo del suelo agreste. Corre que te alcanzan. Por aquí, por allá.  Se desliza torpemente de a ratos Unas manos podridas que se quedan solo con las harapos de mi hijo de souvenir.
                A la distancia se puede observar una casona abandonada.  Corre maldito seas! No lo piensa dos veces Abre la vieja puerta, y de un portazo  la cierra.  Una vieja casa colonial. Se habrá construido en los 40. Estilo europeo por la arquitectura. Predomina el color blanco, o mejor dicho tiza. Una cocina llamativamente pequeña teniendo en cuenta la periferia de la casa.
                El comedor es otro cantar:  de dimensiones enormes. Puedo observar una alfombra de tipo persa , de frente a un hogar a leña en estado impecable. Naatan revisa los muebles. Abre las cajoneras de chusma. Unos remedios de LabMort, unas monedas, un fajo de billetes. Nada útil, como hubiera sido encontrar una escopeta. Es llamativo las cabezas de ciervos, y osos colgados como trofeos de un cazador furtivo arriba del hogar.
                En las ventanas se dibuja unas sombras chinas macabras. Cada ventana dibuja unas siluetas cuasi humanoides. Una veintena de manos golpean los ventanales. Naatan esta aterrado, puedo ver su rostro de panico, petrificado de miedo. De repente alguien entra por la puerta. No la derriba. Entra relajadamente. Naatan lo mira, sus ojos se mojan, unas lágrimas ruedan por las mejillas. ¡ Papa! ¿Eres tu? Naatan corre y salta encima de ese hombre. Lo abraza. Lo deja casi sin aire.
                El padre acaricia el cabello. Observa las ventanas. Entre el desfile de mordidos cadáveres parlantes, puede reconocer  solo uno. Con cabellos largos de tono rubiones, con parte del menton derruido, parte de la dentadura amarillenta con la quijada exhibida. Una hembra es la que mas se esfuerza por quebrar en mil pedazos los vidrios. El padre de Naatan se le aproxima. Perplejo reconoce en ese cuerpo a lo que había sido su amada esposa.

- Oh Dios, eres tu ? De verdad eres tu ? ---- Exclama

El cadáver de pronto clava su mirada, parece fruncir sus cejos, y arrimar su cabeza en dirección a el.

-- Unetenos- 

        Los vidrios estallan al unisono. Los cuerpos caen por inercia uno arriba de otros, como fichas de dominó, dentro de la vieja casona. El comedor empieza a ser invadido por los fétidos no muertos. La única ventana intacta, sin romperse aún, es de la mujer zombi.

 -- Unetenos -- Insiste la mujer. -- Deja de huir ---

       El padre da unos pocos pasos atras. La mira como si en ese pedido implique mucho más que esa simple acción. Como si representase la muerte misma. Pero no la muerte que te regresa a la vida como un caminante errante. Algo peor que eso. La muerte como la nada misma. La muerte de ideales, de propósitos, de voluntades.  O peor, la voluntad comprada.

      Unos zombis atrapan a Naatan, y se lo llevan por el mismo lugar que entraron. Naatan extiende su mano pidiendo que el padre lo socorra:

-- Padre, ayudame !!! Por favor !!! Padre --

     El cuerpo de Naatan se desvanece dentro  de la temida oscuridad del ventanal roto.

      El padre se toma la cara nerviosamente, empieza a respirar agitadamente. De pronto empieza a dar unos fuertes alaridos desesperados:

--- Nooooo !!! Natannn !!! Noooo, tu nooo !!!

     El padre se gira bruscamente a la ventana. Con ojos furiosos le habla al moribundo cuerpo demacrado de la mujer:

---  Tu nunca lo quisiste, tu nunca tuviste las agallas para criarlo en este mundo --

De pronto el aspecto de la mujer zombie fue tornándose agresivo, con muecas de odio a los reproches de ese hombre.

--- Tu tomaste una decisión, una decisión cobarde, de sumarte a las hordas de estos condenados. Pero Naatan no tuvo algo que tu tuviste y que yo también tuve...

La mujer zombie daba pasos atrás , y retrocedía a sus pares

-- No tuvo la oportunidad de elegir, tu elegiste huir, y yo también elegí. Elegí tomar la decisión mas difícil, la mas dolorosa....

El padre de repente con sus manos, le dio un fuerte golpe de puño a la ventana. El vidrio se quebraba. Otro golpe, el vidrio se quebraba en mas pedazos. Un ultimo golpe furioso lo quebro, despedazado por mil partes. El grito del padre mientras lo hacia, aterraba a  los zombis de la casona, que se tapaban los oídos:

Naatannnn !!!! Natannnnn !!!!

   
 Mis ojos se abren. Me encuentro en la camilla de laboratorio LabMort. Fuí atrapado y drogado por un cientifico francés que no se donde está. Es hora de ir en bisqueda de mi pequeño Naatan. Es hora de volver....

( Continuara)

No hay comentarios:

Publicar un comentario